jueves, 17 de febrero de 2011

Borders, de Ann Arbor al Concurso de Acreedores

La reciente noticia de la suspensión de pagos de la cadena de librerías Borders nos debería poner sobre aviso a todos los compradores de libros de papel en España. Si queremos seguir teniendo lugares físicos donde comprar libros papel tenemos que invertir en ello, salgamos a la calle con más frecuencia y entremos en las librerías de nuestros barrios para apoyar de forma efectiva este modelo de negocio que en mi modesta opinión tiene aún un largo recorrido por delante.

No es que Borders, con sus cientos de tiendas en EE.UU., tenga planes de cerrar todas sus puertas. Parece que han trazado un plan de revitalización, cerrarán las tiendas más deficitarias, replantearán su estrategia y presumiblemente saldrán a flote. De momento sus actividades siguen adelante y han anunciado que tanto la web como la venta de libros electrónicos continuará. Pero con un pasivo tan enorme como han anunciado, lo veo crudo.

El problema, según dicen varios artículos, ha sido la competencia de Amazon. Quizá sea cierto, pero el problema se origina con la actitud de sus ex-clientes, vecinos del barrio de toda la vida, que han dejado morir al gigante y ahora se lamentan, nos lamentamos todos, de no tener una librería cerca de casa.

Pero de este debacle quizá se vean reforzadas las librerías independientes, especializadas en temas que apasionan a su dueño, las que me gustan.

Sin embargo, si continuamos con la tendencia de leer cada vez menos y además comprar cada vez menos papel, quizá dentro de unos años ya no podamos acercarnos a la librería del barrio a curiosear qué novedades hay, qué libros perdidos por las estanterías tienen o simplemente ya no podamos charlar con el librero (en mi caso librera) sobre la fantástica visión de aquel editor que siempre acertaba con sus novedades.